Del juego de la rana a la Wii
- Con una diferencia de cien años, en el caso más extremo, se dieron ayer la mano en la residencia El Vergel de Pamplona niños y mayores para intercambiar juegos, experiencia y vitalidad.
- El campamento se organiza gracias a la colaboración con Cruz Roja Juventud
I.CASTILLO . PAMPLONA Jueves, 13 de agosto de 2009
EL salto generacional entre dos juegos como el de la rana o los de la videoconsola Wii ofrece un ejemplo claro de las diferentes épocas que les ha tocado vivir a los participantes del campamento urbano intergeneracional que tiene lugar estos días en la residencia El Vergel de Pamplona.
De hecho, en el caso más extremo, la distancia entre ellos alcanza los cien años ya que el niño más joven tiene 3 años y el residente más mayor cuenta con 103, de ahí el nombre que recibe la iniciativa "De 3 a 103".
"Donde hay vida, sale vida". Con esta frase, mostró ayer su agradecimiento por la iniciativa el residente de El Vergel, José León Echarri, pamplonés aunque residente muchos años fuera de la ciudad, de 77 años. "Me parece estupendo. Los niños nos dan mucha alegría y es lo mejor que nos pueden enseñar", comentó.
El campamento intergeneracional se desarrolla por segunda vez, fruto de la colaboración entre la residencia y la institución Cruz Roja Juventud. La primera ocasión tuvo lugar en el mes de abril, durante las vacaciones escolares de Semana Santa. Durante tres días, desde ayer hasta mañana, los residentes reciben la visita de unos noventa niños de entre 3 y 12 años, que participan en la iniciativa colonias urbanas, que promueve Cruz Roja como una medida de conciliación.
Ayer acudieron veintidós niños que tuvieron la oportunidad de compartir talleres y juegos con las personas mayores, entre ellos el de la rana. El Vergel cuenta con 160 residentes y 15 usuarios del centro de día. Los participantes en la jornada de ayer se repartieron en tres grupos en el gimnasio, el taller ocupacional y el centro de día. El director de la residencia, Javier de Prada Pérez, indicó que la iniciativa busca que los niños conozcan el espacio donde viven los mayores, que se cambien estereotipos y se acerquen a la realidad. "Además existen estudios de los beneficios que reporta a los mayores, a nivel emocional y cognitivo, su relación con los niños. La primera vez obtuvimos una respuesta positiva", comentó.
Una gran alegría
En el patio de la residencia un grupo de niños aprendió, junto a los residentes, cómo se construye un juego con un vaso de plástico, una cuerda y una bolita. María Teresa Gil Arroba, pamplonesa de 73 años, explicó que primero había que decorar el vaso con pegatinas. "Después colocamos la bolita atada en un extremo de la cuerda ya que el otro cuelga del fondo del vaso. Después, tienen que lograr introducir la bolita en el recipiente. Nos produce una gran alegría esta visita. Nos entretiene mucho", aseguró.
El director de la residencia señaló que se ha creado una cuenta de correo electrónico (rvergel@yahoo.es) para que los niños puedan enviar sus impresiones sobre la iniciativa y así colgarlas en un blog (residenciaelvergel.blogspot.com). Isabela Durbal Bacáicoa, de 8 años y vecina de Noáin, indicó que los residentes les habían enseñado donde estudian, estimulan la mente y el lugar en el que hacen ejercicios. "Hacemos también juegos y les contamos como nos va en el colegio", explicó.
Pablo Diego Murga, pamplonés de 8 años, contó que habían preparado un regalo para los mayores. "Hemos hecho unas flores de papel. He venido muy contento y me lo estoy pasando bien", añadió. Los niños acudieron acompañados de dos educadores de Cruz Roja y dos voluntarias. Iñaki Ayerra Solano indicó que sirve para que los niños vean cómo viven las personas mayores y los cuidados que reciben. "Incluso un día los niños les enseñarán a jugar a la Wii", dijo.
- Con una diferencia de cien años, en el caso más extremo, se dieron ayer la mano en la residencia El Vergel de Pamplona niños y mayores para intercambiar juegos, experiencia y vitalidad.
- El campamento se organiza gracias a la colaboración con Cruz Roja Juventud
I.CASTILLO . PAMPLONA Jueves, 13 de agosto de 2009
EL salto generacional entre dos juegos como el de la rana o los de la videoconsola Wii ofrece un ejemplo claro de las diferentes épocas que les ha tocado vivir a los participantes del campamento urbano intergeneracional que tiene lugar estos días en la residencia El Vergel de Pamplona.
De hecho, en el caso más extremo, la distancia entre ellos alcanza los cien años ya que el niño más joven tiene 3 años y el residente más mayor cuenta con 103, de ahí el nombre que recibe la iniciativa "De 3 a 103".
"Donde hay vida, sale vida". Con esta frase, mostró ayer su agradecimiento por la iniciativa el residente de El Vergel, José León Echarri, pamplonés aunque residente muchos años fuera de la ciudad, de 77 años. "Me parece estupendo. Los niños nos dan mucha alegría y es lo mejor que nos pueden enseñar", comentó.
El campamento intergeneracional se desarrolla por segunda vez, fruto de la colaboración entre la residencia y la institución Cruz Roja Juventud. La primera ocasión tuvo lugar en el mes de abril, durante las vacaciones escolares de Semana Santa. Durante tres días, desde ayer hasta mañana, los residentes reciben la visita de unos noventa niños de entre 3 y 12 años, que participan en la iniciativa colonias urbanas, que promueve Cruz Roja como una medida de conciliación.
Ayer acudieron veintidós niños que tuvieron la oportunidad de compartir talleres y juegos con las personas mayores, entre ellos el de la rana. El Vergel cuenta con 160 residentes y 15 usuarios del centro de día. Los participantes en la jornada de ayer se repartieron en tres grupos en el gimnasio, el taller ocupacional y el centro de día. El director de la residencia, Javier de Prada Pérez, indicó que la iniciativa busca que los niños conozcan el espacio donde viven los mayores, que se cambien estereotipos y se acerquen a la realidad. "Además existen estudios de los beneficios que reporta a los mayores, a nivel emocional y cognitivo, su relación con los niños. La primera vez obtuvimos una respuesta positiva", comentó.
Una gran alegría
En el patio de la residencia un grupo de niños aprendió, junto a los residentes, cómo se construye un juego con un vaso de plástico, una cuerda y una bolita. María Teresa Gil Arroba, pamplonesa de 73 años, explicó que primero había que decorar el vaso con pegatinas. "Después colocamos la bolita atada en un extremo de la cuerda ya que el otro cuelga del fondo del vaso. Después, tienen que lograr introducir la bolita en el recipiente. Nos produce una gran alegría esta visita. Nos entretiene mucho", aseguró.
El director de la residencia señaló que se ha creado una cuenta de correo electrónico (rvergel@yahoo.es) para que los niños puedan enviar sus impresiones sobre la iniciativa y así colgarlas en un blog (residenciaelvergel.blogspot.com). Isabela Durbal Bacáicoa, de 8 años y vecina de Noáin, indicó que los residentes les habían enseñado donde estudian, estimulan la mente y el lugar en el que hacen ejercicios. "Hacemos también juegos y les contamos como nos va en el colegio", explicó.
Pablo Diego Murga, pamplonés de 8 años, contó que habían preparado un regalo para los mayores. "Hemos hecho unas flores de papel. He venido muy contento y me lo estoy pasando bien", añadió. Los niños acudieron acompañados de dos educadores de Cruz Roja y dos voluntarias. Iñaki Ayerra Solano indicó que sirve para que los niños vean cómo viven las personas mayores y los cuidados que reciben. "Incluso un día los niños les enseñarán a jugar a la Wii", dijo.
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